martes, 31 de julio de 2018

[Review] Serenity - Lionheart (2017)


Los últimos trabajos de SERENITY sugerían que el mundo del metal siguiera sus pasos con atención, confiando en la aparición de un disco que se convierta en la piedra basal del grupo y confirmara que los austriacos mejoraban disco tras disco. Por suerte para todos, la banda evitó decepcionar a su audiencia y presentó el año pasado un disco que, si no es el mejor de su discografía, al menos es el de confección más perfecta, su obra más acabada. "Lionheart" mantiene a lo largo de sus trece temas una intensidad y un cuidado en los detalles que merece ser imitado por aquellos grupos amigos de los discos irregulares, en los que a una canción memorable sigue un sinsentido melódico.

Un trabajo conceptual sobre una figura como Ricardo “Corazón de León” – ¡Cruzadas, gracias por ser una fuente de inspiración constante para el metal! - no puede iniciar sino con una introducción épica. "Deus Lo Vult" hace referencia a la expresión que el papa Urbano II utilizó en el Concilio de Clermont para justificar el llamado a la Primera Cruzada. Melodía con coros y tambores, introduce en un universo de sangre y espadas con la eficacia de una banda de sonido cinematográfica. Sutilmente, la introducción se une a la fuerza de "United", tema que avisa el tenor de todo el trabajo a través de una excelente utilización de los recursos clásicos del género: riffs acertados, coro pegadizo, buen solo de guitarra y una letra que se aprende a la primera oída. Si había una manera expeditiva para que el grupo acerque a sus seguidores al mundo del que trata el disco, estos dos primeros temas son la vía perfecta.

"Lionheart" respeta la fórmula anterior, quizá apoyándose más en los recursos de Georg Neuhauser como frontman de la agrupación. Hay aquí también un coro fácil de retener, tiempos acertados y una melodía que mantiene el tono épico para terminar en un epílogo marcial, de tambores y vientos que, poco a poco, se marchan hacia el silencio.

La siguiente canción es "Hero". Un inicio más fuerte que los anteriores deja paso rápidamente a otro buen tema, en sintonía con el momento del desarrollo de la historia que el álbum se propone contar. Cierto tono pesado no es en vano en ese sentido, aunque la segunda parte de la canción presenta un interesante cambio melódico que anticipa un final con la fuerza del inicio.

El quinto tema es "Rising High": su inicio atrapa con una efectividad innegable, permitiendo imaginar cómo sería un videoclip de esta canción si las bandas del género tuvieran los recursos de otras. No sólo es un perfecto cierre para esta primera parte del álbum; es uno de los puntos más altos de todo el disco, lo que se demuestra también en la calidad del solo de guitarra que opaca lo realizado Christian Hermsdöfer en los anteriores temas.

Llega el tiempo de la balada: "Heaven" se recubre con una bella melodía, sumando a Katja Moslehner en las voces, alcanzándose así un mejor registro. La voz femenina brilla en el segundo coro, recordando pasajes de otra gran banda europea: Lunatica.

"King´s Landing" y su teclado cadencioso constituyen una nueva introducción, que augura una segunda parte del disco en el mismo sendero de la primera. Los acordes son los mismos que se reiterarán al inicio de "Eternal Victory", otro tema con buen coro, ambientación marcial y doble bombo.

Lo que "Rising High" fue a los primeros minutos del disco, "Stand and Fight" lo es para su parte final. El inicio adelanta lo que será el coro, y se incorpora al bajista Fabio D´Amore en las voces, aporte que no tiene una motivación técnica sino la búsqueda de un tono diferente para lo que la canción busca narrar.

"The Fortress (of Blood and Sand)" arriba con tonos que recuerdan la música de Medio Oriente (o, mejor dicho, lo que Occidente cree que es la música de Medio Oriente) para dar paso al tema menos indispensable del disco, quizá porque no alcanza en ningún momento a conquistar al oyente como lo hacen las demás canciones de este trabajo. La diferencia se acentúa al escuchar, seguidamente, a "Empire", trabajo que se presenta con algunos de los mejores acordes de todo el álbum. Serenity se recupera magistralmente, con otro buen coro y un clima que crece con su cercanía al final.

"My Fantasy" es un medio tiempo intenso, pegadizo también. La melodía transmite cierto optimismo que contrasta con los tópicos correspondientes a las anteriores canciones; quizá en ello radique su sonido distintivo respecto al resto del álbum. Otro buen solo de Hermsdöfer corona la canción.

Finalmente se desembarca en "The Final Crusade". En primer lugar, se debe reconocer que al metal le faltan guitarras acústicas: cuánto se disfrutan esas cuerdas clásicas cada tanto. Si bien el tema es algo pretencioso y suma detalles de los que pondría prescindir, es un buen epílogo para el disco, dejando en la memoria una melodía que sirve de broche de oro.

No dudo en afirmar que "Lionheart" es el mejor trabajo de Serenity. Si bien hay grandes canciones en sus anteriores discos –en especial, los dos discos inmediatamente anteriores- este álbum sobresale por su armonía y cohesión; temática y personajes dignos de ser versionados por una banda de metal melódico. El desafío es aprobado con creces: "Lionheart" es casi imposible de interrumpir cuando se lo escucha por primera vez, y ese detalla expone la conexión que Serenity ha logrado con su audiencia.

Calificación: 9.0/10

Realizado por Martín Mazzucco.-